Fulvio Milano fue profesor de literatura, escritor, editor, poeta y mi abuelo. Pasó sus primeros y últimos años de vida en la misma casa, en un pueblo a orillas del Río Salado en Buenos Aires, Argentina. 
Fulvio me llamaba Maripolín. A través de símbolos ocultos y juegos me enseñó a ver la belleza de la vida cotidiana, la magia de lo simple, el poder de la creatividad.
Entre fotos, notas, cartas de alumnos, e incluso un cruce postal con Alejandra Pizarnik, este trabajo busca reconstruir esas enseñanzas después de su muerte. 
Este trabajo fue editado en 2017 en forma de libro en la clínica de obra Proyecto La Faena a cargo de Mariana Maggio. 

fulvio y maripolín